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MURIO UN MAESTRO DEL PENSAMIENTO |
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MURIO UN MAESTRO DEL PENSAMIENTO
El 18 de noviembre falleció Víctor Massuh, filósofo de sólido prestigio intelectual que apreciaba el valor de la sensatez y de la mesura, con su sencilla actitud daba más importancia al esfuerzo que a la brillantez, rechazaba la tendencia del hombre hacia la irracionalidad.
Nació en la provincia de Tucumán el 25 de febrero de 1924, hijo de Yubran Massuh y Balomia Bach. Su padre de origen sirio, fue periodista, fundó uno de los primeros periódicos de lengua árabe de la Argentina, su actividad influyó en la formación intelectual de su hijo. Tanto la escuela primaria, como el secundario los cursó en establecimientos estatales en su ciudad natal. Ingresa luego a la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional de Tucumán donde se gradúa como profesor de Filología y Pedagogía, años más tarde se doctora en Filosofía con la tesis “Nietzsche y el problema religioso”.
Cursará posteriormente estudios de postgrado en las Universidades de Chicago y Tübingen (Alemania) en donde seguirá las enseñanzas de Otto Friedrich.
Iniciará una larga carrera docente comenzando en su provincia, luego la continuará en la Universidad de Córdoba, Buenos Aires y en la del Sur. En 1964 ocupará la cátedra de Filosofía e Historia de la Religiones en la Universidad de Buenos Aires que dejara otro prestigioso pensador argentino Vicente Fatone.
Víctor Massuh hombre de pensamiento abierto, alejado tanto del ateismo como del sectarismo confesional, -si bien provenía de una familia árabe protestante-, buscó darle un diálogo comprensible a la interrelación religiosa.
En su concepción filosófica enfrentó con gran libertad arduos temas de nuestro tiempo. A los dieciocho años escribió una antología sobre Rabel Barret, quien fuera un apóstol de las revueltas libertarias. La obra aparece en momentos donde la universidad de Tucumán era vital y abierta. Refugio de intelectuales como García Morente, Ortega y Gasset, Rodolfo Mondolfo y muchos otros que tras sus enseñanzas buscaban alejarse de las crueldades de la Guerra Civil Española.
Apasionado por la poesía frecuentaba en su juventud a poetas tucumanos, formó parte de La Carpa, un grupo que se ocupaba particularmente de la poesía.
Desde 1949 hasta el fin de sus días escribió en la sección literaria de La Gaceta de Tucumán. En 1955 publica “América como inteligencia y pasión” y “El diálogo de las culturas”. En 1963 “Sentido de la historia”, luego continuarán una gran cantidad de títulos en los que mostraba su preocupación, sobre la violencia ideológica, la utopía, el humanismo ateo, el nihilismo, la mística, las relaciones entre ciencia y religión y la crisis de la razón en la filosofía de nuestro tiempo.
Analista de la actualidad, sus ensayos sobre la realidad argentina y el contexto iberoamericano evidenciaban que nunca descuidó estas circunstancias. Abogó siempre por la libertad y los valores individuales, combatió al extremismo violento y al fanatismo.
Como representante de la cultura nacional, desarrolló una actividad muy intensa en el exterior durante su desempeño en la diplomacia. Fue embajador político de la Argentina ante la UNESCO, durante el gobierno de Videla, un nombramiento que le acarreó algunas dificultades. Devenida la democracia. Victor Massuh expresaba ante los ataques que recibía, lo siguiente: “Acepté ese puesto porque iba a trabajar en un organismo cultural, además consideraba que no representaba al gobierno, sino a mi país. Traté que se conociera la cultura argentina y creo que lo logré, hasta el punto que más tarde fui elegido por los países miembros de la UNESCO como integrante del Consejo Ejecutivo y posteriormente me designaron presidente, en momentos en que la Argentina no era bien vista en esos foros”.
En el lustro final de su vida padeció el embate del resentimiento nacional: el silencio hacia su persona y su obra, se percibió aun más al ignorar su muerte por parte de muchos medios de comunicación, tanto periodísticos como radiales y televisivos, que escamotearon su quehacer intelectual.
Una Argentina que siempre despreció el intelecto hizo con Víctor Massuh algo similar a lo que realizó con Lugones, Art, Favaloro y hasta con el mismo Borges, antes de que su fama fuera internacional y también con muchos otros. Por eso desde mi columna quise rendirle un humilde homenaje a este maestro que llevó su pensar a una verdadera experiencia extrema y libre, despojado de modas y convenciones políticas.
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