¿Qué es una tribu urbana? es un grupo de jóvenes que se comportan de acuerdo con las ideologías de una subcultura originada y desarrollada en el ambiente de una ciudad. Para algunos analistas este fenómeno se produce por la búsqueda de los jóvenes de una identidad.

Se asocian formando grupos que poseen las mismas tendencias y pensamientos que los identifican con símbolos y modas. Algunas de estas tribus poseen una marcada intolerancia que los lleva a la violencia. Estos grupos son hijos de una generación que vivió una adolescencia de mayores transgresiones de las que la antecedieron, por tal razón buscan gestar su oposición generacional frente a padres menos tradicionalistas y más descontracturados. La identidad de cada una de estas tribus variará según la ideología de las personas que la formen, así por ejemplo los skinheads son violentos, en cambio los hippies son pacifistas, no existe grupos que sean íntegramente opuestos. Frente al anonimato social de la vida moderna que sufren los jóvenes, se agrupan en busca de encontrar un sentido de pertenencia empleando indumentarias, lenguaje y actividades culturales que los identifiquen. Estas características particulares permiten catalogarlos como: “punks”, “hippies”, “tecnos”, “metals” “unders”, “emos” o “flogers”, estas denominaciones les confieren identidad y marcan la diferencia con otras organizaciones juveniles. Estos grupos conforman una subcultura que da lugar a verdaderas comunidades emocionales en las que buscan sentirse contenidos afectivamente y escapar de la soledad. Las tribus urbanas se caracterizan por tener una estética tradicional entre los jóvenes que las componen. Muchas veces son acompañados por fuertes convicciones sociopolíticas, creencias religiosas o de carácter místico, todo ello depende de la tribu a la que pertenezcan, se suelen encontrar también jóvenes denominadas poseer, quienes si bien usan la estética y el comportamiento de la tribu urbana, olvidan por completo sus ideologías, por lo general son despreciados y marginados por el grupo al que intentan unirse. Su manera de vestir es informal y descuidada, usan atuendos exclusivos que no se adquieren en shoppings o comercios, la idea es no mostrarse convencional, ser únicos para distinguirse del resto, otra marca que los ayudan a diferenciarse es el lenguaje, emplean términos y vocablos que constituyen un verdadero “diccionario urbano”, difícilmente entendible por la mayoría de la gente. Otro elemento que los caracteriza es la música que escuchan, como así también la manera de relacionarse, cada uno está en la suya, a ninguno le importa lo que hace el otro. Dentro de estos grupos deben separarse las tribus nocturnas que buscan vivir la inmediatez y están unidos por una estética y gustos en común. Se reúnen para consumir drogas y bailar determinados estilos de música; no buscan establecer algún tipo de relación o contacto, van a disfrutar el momento, no les interesa lo que pasa después, en el fondo experimentan una terrible soledad. Lamentablemente estas subculturas sustituyen a la familia tradicional que se halla en extinción, para estos jóvenes la tribu constituye su hogar, consideran que entre ellos se comprenden y se sostienen. La sociedad argentina ingresó en un clima negativo, de tensiones que no propician la buena convivencia ni aseguran la paz social. Hay un aire de violencia difuminada por las calles. Existen entre ochocientos mil a un millón de jóvenes calificados de “marginados estructurales” que están al margen de la educación, de toda autoridad familiar, carecen de trabajo y de otra perspectiva existencial que no sea el nihilismo y la anarquía. En el país coexiste una sociedad adolescente que no se encamina a la adultez, ha convertido a la adolescencia en una forma de ser y vivir. Existen en los cambios permanentes que se viven, un desconocimiento y descontrol en el que persisten apremios repentinos dominados por el impulso, no existen espacios ni tiempos para la reflexión madura que permita la comprensión y circunstancias de las vivencias juveniles. Creo que en está crisis social en que esta inmerso el hombre argentino debe ser prioritario revalorizar el valor de la familia y la educación, que conducen hacia el amor y al despliegue de la espiritualidad. En la actualidad se ha perdido la presencia de la figura paterna; cuando me refiero a su ausencia no hablo de la carencia real, sino de la pérdida de la capacidad de ser responsable frente a esa misión intransferible que es guiar y educar a sus hijos en busca de un digno futuro Las tribus urbanas se hallan conformadas por adolescentes que por lo general tienen un denominador común familias disfuncionales en las que no se experimentan ni afecto ni límites, es un grito silencioso ante la nada que dice “existo”. Resulta paradójico que, a pesar de desafiar permanentemente a sus padres y a la sociedad, busquen inconcientemente normas. Su desafió es una forma de sentir que a alguien les importa tanto como para decirles “no lo hagas” y traten de buscar un sentido para sus vidas. Guillermo César Vadillo