Profesor Guillermo Cesar Vadillo
  Los Juegos que enseñan a matar
 

Los Juegos que enseñan a matar 

En la localidad de Ituzaingo (Provincia de Corrientes), un chico de 11 años planificó la muerte de su amigo de 12 años. Con pasmosa frialdad le corto la yugular con un cuchillo y planeó enterrarlo en un pozo que había cavado hacia tres meses.

Frente a sus declaraciones , fuentes judiciales expresaron que se trataba de una persona “fría, manipuladora y sin sentimientos”, en su declaración confesó, sin recibir presión alguna, con lujo de detalles como mató a su amigo, habló con calma, como quien relata un hecho natural, sin mostrar arrepentimiento o culpa.

Excelente alumno, con alto coeficiente intelectual, tenía un contacto permanente con los juegos de su computadora. Según numerosos estudios, existe una correlación directa entre la exposición a la violencia producida por la televisión y por los juegos electrónicos que llevan a un aumento de la agresividad en la conducta de niños y jóvenes. No se debe a que se los crea incapaces de distinguir entre la realidad y la fantasía, sino que en la transmisión de estos contenidos se emplean técnicas psicológicas de insensibilización y condicionamiento.

Una referencia muy interesante la presenta Dave Grossman, ex oficial del ejército de los Estados Unidos profesor en la Academia Militar de West Point y de la Universidad de Arkansas, cuando expresa que las técnicas usadas en los videojuegos son las mismas que se emplearon en la guerra de Vietman, para incrementar la violencia de los soldados.

Los videojuegos cada vez más violentos e hiperrrealistas llevan a los chicos y a los adolescentes a una etapa de insensibilización en la que infligir dolor y sufrimiento se convierten en entretenimiento; el placer sustituye a la repulsión, a través de estos juegos se aprenden a matar y disfrutarlo. Existen juegos que se regodean con la carnicería más perversa, como es el caso en que se ganan puntos atropellando gente o cuando un grupo de mafiosos deben realizan distintas misiones delictivas para ganarse el respeto de sus compañeros. En estos juegos el comportamiento agresivo no solo es considerado apropiado, sino que es recompensado por hacerlo bien.

La televisión y los videojuegos crean una adicción que trae aparejada tendencia al aislamiento, sedentarismo, pasividad y falta de creatividad. No hace falta razonamiento. Las horas pasan frente a un televisor en medio de estrafalarios bailes incitados por un locutor y un jurado de alta perversión o por movimientos mecánicos sobre un tablero electrónico en el que se busca ganar en pos de una sangrienta muerte virtual.

Frente a la situación que se plantea en niños y adolescentes la “Academia Americana de Pediatría de los Estados Unidos”, recomienda a los padres restringir por un espacio de no más de dos horas diarias el uso de la televisión y de los videojuegos. Este consejo parte al advertir que sus pacientes (niños) padecían síntomas sexuales que no se correspondían con su edad. Comprobaron que el exceso de las osadas imágenes que muestra la televisión inciden en su formación.

Se debe reconocer que la violencia existió antes que la televisión y los videojuegos, pero actualmente se alimenta al ser vista en una pantalla que produce un acostumbramiento. Cuando hay predisposición aumenta aun más el riesgo. Este tipo de entretenimiento nutre a una sociedad cada vez más violenta y permisiva.

¿ Como hacer frente a los riesgos de las pantallas? La televisión y los videojuegos están en el hogar, los padres principales educadores deben pensar que esta faceta perturba la formación integral de sus hijos, les deben inculcar un buen uso de su tiempo libre para lograr un ocio fecundo ¡Cuantas adicciones se evitarían si se promoviera emplear el ocio en forma equilibrada!

No se trata de anular la televisión ni los videojuegos, la misión es orientar a sus hijos a través del comentarios sobre aquellos programas que tiran por la borda los valores que se tratan de inculcar. Respecto a los videojuegos: la clave está en jugar con medida y criterio, eligiendo aquellos juegos que entretienen sin reforzar conductas negativas.

En los albores del siglo XXI, la educación familiar se ha transformado conforme a los avatares del tiempo, se han ido perdiendo ciertos valores como: costumbres, tradiciones y los más importante es que en muchos casos los padres ya no son los modelos de sus hijos.

El hombre vive en una sociedad estresante, en una constante incertidumbre debido a la falta de trabajo, salud, etc. donde el escenario cotidiano es la pobreza, la violencia o por el contrario la búsquedas desenfrenada por la ilusión del éxito y del poder, hace que en ocasiones se lleve al olvido las obligaciones de la paternidad, dejando que sus hijos vivan erráticamente. Solo con el retorno a las obligaciones familiares se logrará una sociedad sin violencia. Pitágoras en el siglo IV AC. expresó: “educar no es dar carrera para vivir, sino templar el alma para las dificultades de la vida”.


Publicado el 24 de Octubre de 2007

 
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