Profesor Guillermo Cesar Vadillo - Naciones Unidas

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Resumen de Prensa- Daily News
México, América Latina y el Caribe / México, Latin America and the Caribbean

La desforestación en San Miguel

Prof. Guillermo César Vadillo

En 1956 me radiqué en San Miguel, en esos años esta ciudad era considerada como una de las más bellas del Gran Buenos Aires, su plaza, el arbolado de sus veredas y la riqueza de sus jardines eran las delicias que el caminante disfrutaba
Hoy en cambio somos tristes testigos de una deforestación indiscriminada sin que se tenga conciencia del daño que se causa a nuestro ecosistema (*), muchos de estos árboles se hallan en propiedades privadas, su destrucción obedece a que sus propietarios han vendido sus tierras a grupos económicos inescrupulosos, cuyo único fin es el lucro sin tener en cuenta el daño que hacen al medio ambiente.
Muchos seres humanos identifican al árbol, como un objeto inanimado, desconociendo que como integrantes del reino vegetal, nacen, viven y mueren. Constituyen un elemento esencial para la vida fisiológica del hombre, basta con analizar lo que sucede en los desiertos, estepas y las regiones de hielos perpetuos, cuyas condiciones climatológicas son incompatibles con la vegetación arbórea, resultando en consecuencia zonas inhóspitas e inhabitables.
En un breve análisis de las innumerables funciones que cumplen los arboles podemos destacar que almacenan agua y luego la liberan hacia la atmósfera. Este ciclo es muy importante para el ecosistema, porque muchos animales dependen del agua almacenada en los árboles y cuando se los corta ya no la pueden retener y esta situación conduce a la sequedad del clima. Las aguas pluviales fluyen en el suelo desnudo buscando su equilibrio topográfico, quedando retenidas en los bosques por la hojarasca que cubre el terreno, ello se transforma luego en abono, fertilizando la tierra.
Los árboles templan los fríos del invierno protegiendo al suelo de la irradiación nocturna y en verano suavizan el ardor de los rayos solares cubriendo el terreno con su sombra. Purifican la atmósfera por la inmensa cantidad de oxigeno que exhalan durante el día. Desde el punto de vista económico el aporte de los arboles a la vida del hombre es muy grande, sus frutos sirven muchas veces para paliar el hambre de los desposeídos y no existe vivienda humana en la que no se vea la presencia de madera. En la zonas de explotación agrícola se suelen usar los árboles para la obtención de pantallas o barreras protectoras de fuertes vientos, también sirven para atenuar los excesos sonoros.
Es muy importante tener en cuenta que la deforestación lleva a un incremento del dióxido de carbono (CO2) en el aire debido a que los árboles almacenan dichos compuestos químicos en sus fibras, cuando se los cortan este gas es liberado nuevamente a la atmósfera. El CO2 es uno de los principales gases que conforman el aumento del efecto invernadero, ello contribuye al cambio climático que estamos padeciendo.
Son muchos los efectos benéficos que los árboles ofrecen al hombre y muy poco lo que se hace para que ellos perduren, su destrucción a mansalva se efectúa sin importar los riesgos que ocasionan, por lo general solo se busca de un mero fin económico. Se puede citar como ejemplo de lo que relato lo que sucede en nuestro Partido, donde se puede observar desde ya hace tiempo la notable reducción de los espacios verdes, en su lugar se levantan torres descomunales en tierras que estaban provistas de añosas arboledas, que fueron taladas por empresarios que ofrecieron jugosas ofertas a sus propietarios. Ocurre lo mismo en las zonas donde se instalaron grandes supermercados o industrias destruyéndose grandes superficies arboladas, sin importar el daño que producen al medio ambiente.
Estas construcciones alteran el equilibrio biológico de la ciudad, las empresas constructoras, guiadas por la referencia absurda que el fin justifica los medios, buscan solo su beneficio económico, sin que les importe que en las ciudades, el arbolado lineal y los parques, constituyen en sí valiosas fuentes de oxigeno que neutralizan la contaminación ambiental producto de todo tipo de combustiones.
Con sus formas y tonalidades los árboles embellecen el “hábitat”, pues sin ellos sólo se mostraría la agresividad del cemento frío en el invierno y calcinante en verano, haciendo el espacio público inhabitable.
Quiero cerrar mi comentario con un mensaje a las autoridades del municipio:
EL ARBOL ES VIDA, PROTEGERLO Y NO DESTRUIRLO ES UNA FORMA DE CUIDAR LA EXISTENCIA DEL CIUDADANO