EL HAMBRE, JINETE DEL APOCALIPSIS
(para el diario "LA HOJA")
En estos últimos dias hemos tenido ante nuestros ojos, el cuadro mas tetrico de la raza humana, producto del hambre que asola a un sector de la población de Rosario. Jinete del Apocalipsis, que avanza raídamente sobre una desposeída masa de la Argentina.
El hambre es una de las grandes calamidades que abaten al mundo, es la menos debatida y la mas desconocida en sus causas y sobre los efectos que producen en el futuro de las poblaciones. Ignorando o aparentando ignorancia por parte de la diligencia, sobre las devastaciones que causa, mas importantes que la guerra y las epidemias juntas. Su siniestra supremacía sobre el resto de las calamidades, origina el campo propicio para la propagación de las epidemias, disminución de la capacidad intelectual, laboral y el descenso de la moral de la población.
El silencio premeditado que rodea a este mal, es propio de nuestra cultura, los intereses económicos, los prejuicios de orden moral y político, hacen del hambre tema prohibido.
Fueron necesarias dos atroces guerras mundiales y una terrible revolución social, en la que perecieron diez y siete millones de personas, de las que doce millones lo hicieron por hambre, para que el mundo tomar conciencia de este mal. No obstante la minorías dirigentes, dan la espalda al problema, eliminandolos en la mayoría de los casos de sus proyectos gubernamentales.
El origen de la miseria que avanza aceleradamente en la Argentina,-mas alla de la indiferencia, frivolidad e insensibilidad gubernamental- se encuentra en la falta de fuentes de trabajo, las que día a día van disminuyendo. Su causa, entre otras, se halla en el pseudo proceso de expansión económica, basado en una política subordinada a intereses foráneos, unido a la constitución de verdaderos reductos económicos, sin relación con el país, quienes transfieren sus ganancias al extranjero, en lugar de su reinversión en la nación que les permitió adquirirlas. Estos grupos económicos, son medios de presión y originan la acreditación de privilegios, ejercitando formas de dominación social.
La labor primordial de los hombres, cualquiera sea su credo, costumbres, preferencias, educación, cultura, organización social, etc. Es la de luchar por una forma económica, que pueda proporcionarle niveles de vida digna. Si la elección es buena, la caótica estructura social actual desaparecer .
Es conveniente recordar que el gobierno es solo un administrador del dinero del pueblo y por tal razón la economía debe estar a su servicio, impidiendo su suicidio ante los intereses irracionales de la producción.
Guillermo Cesar Vadillo
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