HISTORIA DE LA TOGA Y EL BIRRETE
El nombre Universidad tiene su origen en la palabra latina universitas, que significa el conjunto integral y completo de los elementos o seres constitutivos de un grupo cualquiera (ya sea tanto de objetos como personas).
En la Edad Media la palabra universitas englobaba a la totalidad de las personas que tenían intereses comunes y que se agrupaban a fin de lograr determinados objetivos o fines, esto se debía a que sus componentes ejercían el mismo oficio o actividad, y merced a esta unidad se protegían y defendían sus intereses
Estas corporaciones tomaron distintos nombres, en Francia se denominaba confréries, en los países anglosajones guildes, en España gremios. En todas estas asociaciones, existían maestros y aprendices, cuya misión no solo era la de controlar la actividad de sus miembros y su protección, si no que además se trataba de que los aprendices se convirtieran con el tiempo en maestros de nuevos aprendices para asegurar la continuidad de la corporación.
Cuando el termino universitas comenzó a emplearse en un contexto académico, identificaba simplemente a un conjunto de maestros y estudiantes, es decir que en un comienzo las Universidades, eran solo corporaciones de maestros y estudiantes, similares a las corporaciones artesanales, que en primera instancia no tenían autoridad en el ámbito académico. Algunas agrupaban a maestros y estudiantes (Universitas magistrorum et scholarium), otras solo maestros (Universitas magistrorum), y otras solamente estudiantes (Universitas scholarium).
El reconocimiento de las universidades como responsables de impartir conocimientos a nivel superior, hizo que quienes pasaran por sus aulas fueran distinguidos con distintos títulos y grados académicos. Tal situación dio origen a que la vestimenta de los que frecuentaban a los ámbitos universitarios se diferenciara de la usada por el resto de la comunidad, siendo símbolo de pertenencia y estatus social.
Al respecto es interesante destacar, que la vestimenta tanto de los hombres como de las mujeres en el medioevo se caracterizaban por los colores vivos, que contrastaban resueltamente con la sotana negra de los clérigos, o con el sayal pardo de los frailes mendicantes. No eran solo de vestimentas de lujo. Los simples campesinos se vestían con colores claros, rojos, ocres y azules. La Edad Media parece haber tenido horror por los colores oscuros; todo lo que nos ha legado atestigua esta peculiar
riqueza de colorido, Así lo encontramos en las pinturas, miniaturas, tapices, vitrales, etc., de la época. . En las primeras universidades europeas creadas durante el medioevo, se empleaba una vestimenta similar a la usada por los clérigos en las acciones no litúrgicas, esta era una especie de capa de lluvia, que recibía la denominación de capa claussa.
En el año 1622, por disposición del Arzobispo de Canterbury, esta vestimenta paso a ser el traje académico de las universidades inglesas. Esta imposición fue adoptado posteriormente por el resto de las universidades europeas de la época.
En el siglo XVI, esta vestimenta académica se oriento hacia formas más simples y confortables, acompañando de esta forma la moda de la época. El ropaje cerrado y pesado fue reemplazado por una túnica con mangas. Este cambió sufrió en los distintos países del continente europeo sucesivas transformaciones en los años subsiguientes, hasta llegar a la toga actual. Algo semejante ocurrió con el gorro académico, que tuvo su origen en el pileus similar al sombrero empleado por los cardenales. Posteriormente fue reemplazado por otras variedades de sombreros provenientes de la moda francesa del siglo XVI.
Una característica importante de esta vestimenta la constituía el hecho que además
de ser un elemento distintivo de la actividad académica, permitía, merced a los colores empleados, identificar a la institución académica que representaban. Así por ejemplo el “Faculty”, que dio origen al término de Facultad, agrupaba a los profesores que enseñaban un mismo tema. Su vestimenta permitía ser reconocidos por toda la universidad y al mismo tiempo evitar el ingreso a los recintos de las personas no calificadas. Lo mismo acontecía en los “Colleges”, que eran cuerpos corporativos que gozaban de determinados beneficios económicos, dedicados a la enseñanza de carreras o disciplinas académicas, o en las “Naciones”. Esta institución, se constituía en defensa a los derechos de los extranjeros que estudiaban en las Universidades, lejanas a su tierras de origen.
La tendencia de la sociedad medieval a la corporatización, es decir la unión de los gremios según su rama laboral, ya sea en el comercio o en las profesiones, fue la razón de que los miembros de estas corporaciones - ya sean facultades, colegios y naciones -, emplearan estas vestimentas de cortes y colores determinados, identificándose según sus grupos de pertenencia, Así las universidades de París, Oxford y Cambridge, utilizaban las togas negras para reconocer a la Facultad de Teología, mientras que la Universidad de Salamanca, la de Coimbra y la Perpignan, empleaban el color blanco para identificar esa misma Facultad.
Al promediar el siglo XVI, los colores distintivos de cada Facultad se fueron perdiendo, los académicos usaban cualquier tipo de color en sus vestimentas. Esta situación originó que en este siglo se definieran los colores que caracterizarían a cada Facultad, de esta forma se determinaba un símbolo de pertenencia a cada asociación. Con el transcurso del tiempo, la tendencia a la diferenciación en las vestimentas académicas se fue consolidando en toda Europa.
Sucesivas transformaciones llevaron a la ” toga y el birrete “, que se emplean en la actualidad en la mayoría de las casas de altos estudios de todo el mundo. Es costumbre, en las Universidades europeas en general y en cada una de las Facultad, Colegios o Escuelas que la componen emplear un diseño y color de toga que las diferencien de las otras casas de altos estudios. A esta identificación se la acompaña con distintivos de colores, que indican el grado académico o el cargo jerárquico que se desempeña en el ámbito de la universidad. Así por ejemplo se suele usar el dorado en las solapas y franjas de igual color en las mangas de las togas del Rector de la universidad.
En general determinados colores identifican a cada Facultad, así por ejemplo el azul celeste simbolizan a las de Filosofía, Letras y Humanidades, el rojo a la de Derecho, el verde a la de Biología, el blanco a la de Teología y el marrón a la de Arquitectura. Resulta además muy común en el ámbito académico el uso del escudo de la universidad bordado en el frente o en la espalda de la toga empleando para ello hilos de oro