EN DEFENSA DE LA CULTURA
Articulo publicado en el DIARIO LA HOJA el 7/2/l996
Con el cierre de la Dirección de Cultura dependiente de la Municipalidad de San Miguel, se produce una regresión al siglo XIX, en la que industrialismo temía que al incentivar la cultura y la educación mermara la mano de obra, pues sumiendo al pueblo en la ignorancia se cumpliría el proyecto industrial con mayor eficacia. Esta situación es
revertida en el siglo XX, en donde se alcanza el mayor proceso tecnológico de la Historia de la Humanidad, unido una expansión en lo educativo y cultural en todos sus niveles.
La dirigencia municipal parece desconocer estos hechos, olvidando que la educación conduce al individuo a las fuentes de la comprensión y la transformación de si mismo. Por tal razón el Estado debe atender las necesidades de ambas con el mismo celo con la que debe atender la salud y la justicia.
Cuando una sociedad se halla sumida en profunda crisis, la forma de recuperar la serenidad y la cordura es atraves de una cultura de excelencia, no la que proviene de la masificación de los gustos, sino de la que insiste en la diferenciación de las personas, incitándolas a escudriñar y superar las dificultades que se les presentan.
Esto se logra, mediante una expresión cultural alta, consolidada con una estrategia que haga accesible en todo ser humano, los deslumbramientos mayores de su espíritu. Hoy mas que nunca la Democracia se halla comprometida con la calidad de su cultura.
El desarrollo de las potencialidades culturales de una nación, permite su inserción en el mundo, debe recordarse que no existe nación sin cultura. De no ser así y de continuar con el proceso de desculturación, mañana será demasiado tarde y el paso siguiente para la desintegración social lo constituirá la droga, la miseria o la intervención foránea,
cuadro muy generalizado en Latinoamérica.
No obstante la falta de apoyo oficial a la cultura en nuestro partido, se va consolidando en la ciudad de San Miguel, grupos defensores del que hacer cultural, ofreciendo una tenaz resistencia a su destrucción, permitiendo de esta forma que tanto músicos, pintores, escritores, etc. encuentren un espacio donde puedan continuar con su
labor. Estas agrupaciones trabajan silenciosamente, sin reconocimiento oficial y en mas de una oportunidad ven cercenadas sus posibilidades por falta de una política que las proteja.
Resulta conveniente recordar a la autoridades del municipio, que cuando una población se vuelve distraída por trivialidades, cuando la vida cultural se transforma en una ronda de entretenimientos, cuando la conversación publica se transforma en un habla infantil, cuando el pueblo se convierte en auditorio y sus intereses publicos en un vodevil, entonces
una Nación se encuentra en peligro y la muerte de su cultura es una posibilidad real.
Guillermo Cesar Vadillo
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