Profesor Guillermo Cesar Vadillo
  LOS ORIGENES DEL JAZZ
 

LOS ORIGENES DEL JAZZ por Guillermo C. Vadillo

 
 El jazz es una forma musical arrebatada del olvido, salvada gracias a una cinta magnetofónica, proveniente de un músico en el que se componen miles de momentos que nacen y desaparecen de la medianoche a la madrugada. Surgidos entre el humo de un club nocturno en donde el músico de jazz da rienda suelta a su improvisación. Por eso, cuando escuchamos un disco solo tenemos una imagen fragmentada del artista e incluso muchas veces equivocada de su verdadera interpretación. Estas placas fonográficas, que nos han dejado, no son otra cosa que muestras, de un material, que disiente muchas veces, con la interpretación que el mismo músico realizara en vivo. Las más célebres <<obras maestras de jazz>> no son más que obras maestras del jazz grabado, en donde el disco solo ha fijado algunos momentos privilegiados de esta cambiante e incierta historia del jazz, de la que la placa es solo espejo infiel y único. En síntesis, en el jazz, la noción de creación está ligada al artista que la realiza. Un hecho característico justifica esta jerarquía propia del jazz: es el papel considerable que en él tiene la improvisación. Lo más corriente es que el tema musical se cree sobre la marcha, en el instante preciso en que el oyente la recibe Un solista, flanqueado por sus acompañantes, desarrolla su pensamiento de manera más o menos original, a partir de un tema dado, del que sigue la trama armónica. El solista no se limita a parafrasear la melodía del tema; se aleja de ella voluntariamente; su objetivo es crear, sobre las mismas secuencias de acordes, una melodía absolutamente nueva. Por eso el mundo del jazz, es el mundo de lo imprevisible. El cartel anunciador de un concierto no puede proporcionar, en cuanto a su logro artístico, más que una indicación de probabilidad. Antes que el jazz tuviese repercusión mundial por la gracia de artistas de su genio, fue la música simple, dolorosa y eufórica de los negros del sur de los Estados Unidos.
En esa tradición sobreviven huellas de la música del Africa Occidental, de las formas musicales de la comunidad negra del Nuevo Mundo, de la música popular y clásica ligera europea de los siglos XVIII y XIX y de formas musicales populares posteriores que han influido en la música negra. Tanto los negros como los blancos se disputan el jazz como su música. Pero es imposible separar los innumerables elementos de este género musical y desentrañar con precisión su verdadero origen. Es posible investigar sobre algunas claves de su historia.
En el año 1619, arriba a las costas de Virginia un velero holandés que transportaba veinte africanos, en carácter de esclavos, pero este infame comercio no prosperó mayormente.
Recién a comienzos del año 1713, cuando Gran Bretaña obtiene el monopolio del tráfico de esclavos en las colonias americanas, se produce su gran desarrollo. Ello se debió a raíz de que el cultivo de algodón había cobrado en esa época un verdadero incremento. A partir de ese momento, el comercio de esclavos alcanzó guarismos sorprendentes en el territorio de América del Norte.
El tráfico de esclavos se extendió hasta bien entrado el siglo XIX, los negros introducidos en el territorio americano, eran provenientes de distintos grupos étnicos, en los que, tanto su cultura, como su lenguaje eran diferentes. Esta situación era aprovechada por los comerciantes de esclavos para alejar toda posibilidad de rebelión o huida.
Los negreros mezclaban los distintos pueblos y tribus africanos para evitar de esta forma los inconvenientes que se podían presentar en el tráfico de esclavos. Los esclavos no tenían ningún punto de contacto. Solo un elemento les era común: el ritmo y su vocero, el tambor, aunque también en ese sentido la diversidad era notable, pues tanto las formas de estos, como sus ritmos tenían diferencia sensible según la zona del continente africano de donde provenían.
 
I – TAMBORES DE UNA SOCIEDAD SECRETA – G. EN NIGERIA EN 1929 POR LAURA BULTON EN UNA EXPEDICION DEL MUSERO DE HISTORIA DE CHICAGO.
 
Otro factor que puede señalarse como nexo entre la gente de color que llegaban como esclavos al continente americano, era los principios universales de sus religiones.
En el año 1680 un navegante francés llamado La Salle funda una factoría en lo que hoy es Illinois, como punto de partida de una expedición para recorrer el Mississippi, en 1682 coloniza la Louisiana, la que bautiza con ese nombre en homenaje al rey de Francia. Viaja a Francia en busca de colonos regresando en 1684, la embarcación cargada de colonos, naufraga y estos perecen en el golfo de Méjico al no poder hallar la desembocadura del Mississippi.
En 1692 D’Iberville, cristaliza el proyecto de La Salle y establece en Louisiana la cabecera sur de la Nueva Francia, más tarde en el año 1718 Bienville funda el puerto de Nueva Orleans.
En 1763 Francia sede la Louisiana a España por un tratado secreto, le será devuelto a Francia 30 años después, lograda la independencia de los EEUU, Jefferson negocia con Bonaparte y compra la Louisiana en 60 millones de francos.
Casi todos los colonos de Louisiana, se convierten en propietarios de los campos de algodón y tabaco, cuya explotación requiere mano de obra, es así como a partir de 1713 comienza a llegar contingentes cada vez mayores de esclavos procedentes de distintas tribus de Africa. Durante la dominación francesa el esclavo recibe mejor trato que los que trabajan en las plantaciones anglo-sajonas, se le permite desarrollar su cultura. En muchas oportunidades la falta de una población femenina, provoca la unión de los hacendados con estas esclavas, los hijos nacidos de esta unión reciben el nombre de criollos.
Estas uniones, hicieron posible la unión de sus culturas y tradiciones musicales, conjugando en el logro musical que nos ocupa, es así como polkas, mazurcas y toda clase de tonadas francesas, que los negros las recuerdan de oído, son aderezadas en sus interpretaciones por los ritmos africanos, hasta el extremo que muchas de esas marchas y polkas, llegaran a constituir el núcleo de famosos temas de jazz, tales como; Panamá, Alta Sociedad y hasta el mismo tema de Nick La Rocca El paso del tigre.
La mayoría de los negros que llegaron a América, en carácter de esclavos, provenían del Africa occidental, zona a la que se puede considerar desde el punto de vista cultural más o menos homogénea. Pero hay algo muy importante de destacar, contrariamente a lo que comúnmente se cree, los esclavos no llegaron a América en estado salvaje. En la zona del golfo de Nueva Guinea, las culturas negras alcanzaron su más elevada tesitura de desarrollo. Allí germinó la más opulenta mitología, existía además un sistema económico evolucionado, y un desarrollo muy importante del aspecto cultural. Es importante destacar, que entre los individuos atrapados en las redes de la esclavitud no figuraban solo personas de baja condición social, sino también reyes, sacerdotes, músicos, poetas, artistas, orfebre, etc. De estas zonas culturales y geográficas, se puede decir que arrancan las raíces del jazz.
Los esclavos africanos traídos a América, preservaron en todo sentido muy diversos aspectos de su cultura. En esos barcos que transportaban tristes cargas humanas, los traficantes fomentaban el tamboreo y la danza para evitar que los negros enfermaran durante la travesía y se dificultara su venta posterior.
En los EEUU esta práctica se permitió también en las plantaciones como forma de recreo, aunque en diversas ocasiones se creyó necesario prohibir el tambor, considerando que los africanos utilizaban música como código secreto para comunicarse clandestinamente entre ellos.
Entre los antecedentes del jazz, más allá de toda la música africana, la de Cuba y Haití interesan en forma particular, a causa del dilatado intercambio que a lo largo de un par de siglos, tuvo lugar entre las islas y el Estado de Louisiana, donde el jazz abrió los ojos al mundo. Durante mucho tiempo, los esclavos llegados a dicha zona norteamericana no provenían directamente del Africa occidental, sino de Cuba, Haití y de otras Antillas. Esto dio lugar que en Lousiana, las culturas africanas se sincretizaran con la francesa y la española.
Otro elemento de gran importancia en la historia del jazz es el vinculado al aspecto religioso, muchos amos blancos trataron de “civilizar” a sus esclavos y los obligaron a convertirse al cristianismo. En las iglesias se interpretaban salmos e himnos populares europeos, similares en diversos aspectos a los cantos africanos. Estas viejas melodías europeas, eran entonadas por los fieles blancos, con un estilo emocional, espontáneo y lleno de sentimiento, similar a las entonaciones que le daban a su música los esclavos negros.
Como ya he expresado, los negros tenían normes aptitudes y talentos musicales, muchos de sus amos los estimularon a aprender instrumentos europeos (guitarra, violín, etc.), para que tocaran en los bailes de los blancos.
 
II – ¿ESTABA MI HERMANO EN LA BATALLA? – JEAN GAETANI, MEZZOSOPRANO ACOMPAÑADA DE MELODEON – TEMA DE STEPHEN FOSTER – 1867
 
Entre los esclavos de EEUU se desarrollaron tres formas de canción: una de ellas fue el field holler (el vociferador del campo), canto de trabajo empleado no solo como medio de comunicación, sino también para aliviar la dura labor. Otros fueron los nostálgicos y melancólicos blues, estos constituyen una de las formas de mayor importancia en la música negra y hoy día son parte del jazz. El tercero de los estilos fundamentales fueron los “negros espirituales”, los negros se sentían a gusto en las iglesias. A medida que fueron desarrollando templos propios, la música dejó de ser un complemento, para llegar a ser la parte central de los servicios religiosos.
Los cantos de trabajo “field holler”, eran empleados no solo como medio de comunicación recíproca mientras realizaban su labor, sino también eran utilizados para aliviar la dura y tediosa tarea a la que se encontraban reducidos los esclavos en estos extensos campos de cultivo de algodón y tabaco.
En los “cantos de trabajo”, un esclavo mientras trabajaba comenzaba a vociferar o entonar a gritos algún verso al que le respondían también a gritos otro peón, o el grupo entero de los trabajadores diseminados por el campo de algodón o tabaco. Este canto era recorrido desde un tono de bajo registro, hasta el de más alto, terminando su canto con un lastimero grito.
Estos cantos de trabajo, son la expresión más cercana a las viejas raíces africanas y llegó a ser parte integral de toda la música vocal de los trabajadores. Se puede citar como ejemplo el canto que desarrollaban los grupos negros que realizaban trabajos forzados en la construcción del ferrocarril. Se les hacía cantar para que agilizaran sus tareas, en estos casos el líder entonaba una línea y el grupo respondía mientras ejecutaba la tarea de picar piedras, o clavar estacas en las vías férreas.
 
III – RECOGE UNA BALA DE ALGODÓN – THE GOLDEN GATE – 1940
IV – LA LINEA DE ROCK ISLAND
 
Los tristes y melancólicos blues, son otra de las formas musicales de importancia en la música negra. Su estilo refleja una gran influencia europea. En los blues la melodía se basa en frases reiteradas. No obstante en ellos hay muchos elementos africanos, entre los que se destaca la profunda noción de sentimiento, que llevan al cantor a un estado de trance. Al interpretar los blues con acompañamiento; primero de banjo, -instrumento que puede considerarse como una réplica de un instrumento de origen africano- y luego con la guitarra. Los ejecutantes por lo general trataban de imitar la parte vocal, con sus instrumentos, de esta forma las notas adquieren el mismo sonido, desafinadamente triste de la voz del cantante.
 
V – FRANKIE – MISSISSIPPI JHON HURT
 
El tercero de los estilos musicales de los esclavos negros de los EEUU, fue el spiritual, conocido como “negro espiritual”. Estas canciones de profundo contenido religioso, combinaron el hondo sentimiento de los blues y el dramatismo de los cantos de trabajo con las diversas modalidades de los cantos místicos de los blancos.
Los espirituales cantados por la comunidad negra se ven acentuados muchas veces por el ring shout, una danza frenética acompañada por gritos que empujaban a los participantes a un estado de trance, individual primero, colectivo después. Esta mezcla de emociones profundas y de formas regulares constituye el núcleo y el alma del jazz.
 
VI – A ELLO LLAMAS RELIGION – JUBILEE SINGERS DE UTICA
VII – MIEL – IDEM
            Nueva Orleans fue fundada en 1718 por Bienville, quien le dio este nombre en honor al Duque de Orleans, regente de Francia. Región que en 1803 sería vendida por Francia a los Estados Unidos. A fines del siglo XIX, la ciudad albergaba la más variada mezcla imaginable de seres humanos, entre los que primaban ingleses, franceses y españoles y como estaba construida sobre el delta del río Mississippi, pronto se convirtió en importante centro comercial.
            La esclavitud había dejado en Nueva Orleans una copiosa y muy diversa población de gente de “color”, en las que las costumbres y tradiciones africanas habían logrado sobrevivir y perdurar allí con mayor fuerza y durante mucho más tiempo que en cualquier otro lugar de los Estados Unidos.
            La Plaza del Congo era el lugar favorito de encuentro de los negros de Nueva Orleans para hacer vida social, cantar y bailar. Las crónicas aseguran que, hasta bien entrado el siglo XIX, en este barrio tuvieron lugar sus celebraciones africanas ancestrales, con danzas y tambores, mientras que para entonces en el resto del país ya se habían perdido u olvidado las más puras tradiciones.
            Dentro de la misma comunidad negra existían múltiples clases raciales. Se encontraban: los creoles (criollos en francés), estos eran productos de matrimonios mixtos entre colonizadores provenientes de Francia y los esclavos africanos. Se aferraban a su herencia francesa y, en términos generales, eran por ello socialmente superiores a los negros puros.
            La piel de muchos de estos creoles era tan blanca como para poder ocultar su origen negro y hacerse pasar por blancos. Lo reforzaba el hecho de conservar y cultivar costumbres y expresiones francesas y europeas, incluidas en ellas: la música y la danza.
            Además de los creoles, estaban los mulatos, surgidos del cruce de negro e indio, y existían además otros tipos de mestizos resultantes de la combinación de otras razas.
            Esta situación daba origen a una cerrada clasificación racial en la que eran considerados “grados de sangre y matices de color”.
            La sociedad de Nueva Orleans estaba estructurada y segregada meticulosamente de acuerdo con los parámetros que establecían la posibilidad de vincularse unos con otros dentro de una rígida escala, pero nunca podían unirse o mezclarse.
            La comunidad negra de Nueva Orleans era la más numerosa, vibrante, compleja y sofisticada de todas las poblaciones de color del resto del país. Pero entre ellos existía una marcada diferencia, ya que mientras los negros pobres se hacinaban en tugurios en el que primaba la prostitución, el juego y el alcohol, los criollos de “clase alta” vivían en sitios magníficos, capaces de rivalizar con los barrios más finos y elegantes de los blancos.
            Un rasgo característico de Nueva Orleans fue su rica vida musical. Durante la Guerra de Secesión, las bandas militares se estacionaban en la ciudad. El enorme despliegue de instrumentos y la presencia constante de profesores y artistas hizo que la música de diversos estilos se difundiera entre todo ese conglomerado. Los negros de las zonas rurales tenían que arreglárselas muchas veces con guitarras y violines fabricados con viejas cajas de cigarros; en cambio, los de la ciudad gozaban del privilegio de un rápido acceso a las más recientes novedades de trompetas, clarinetes y saxofones.
            Para fines del siglo XIX, pululaban cientos de bandas de aficionados y profesionales, se abrían amplias oportunidades para los artistas. No había un solo baile, desfile, funeral o boda sin acompañamiento musical. Cualquier esquina repleta de vecinos, comerciantes y prósperos hombres de negocios era el lugar perfecto para organizar en pocos segundos un concierto callejero.
           
VIII – BLANCO Y NEGRO – G. 1909 BANDA MILITAR VICTOR
IX – LA BANDA DE ALEJANDRO
           
El sector de Storville –barrio legendario de Nueva Orleans-, en donde floreció la prostitución, el juego y la bebida, se caracterizó por un constante movimiento de marineros, agentes viajeros y vendedores. En las tabernas y prostíbulos si querían atraer clientes debían contratar música de fondo. Este barrio fue creado en 1897 por el Concejal Sidney Story y floreció rápidamente.
            En la esquina de Basin Street y Bienville, del barrio de Storville, se instala el lujoso Mohany Club, su dueña Lulu White, atrae a todos los caballeros de la época. Otro local, cuyo dueño era un político importante del Estado de Louisiana, era el lugar al que acudían hombres influyentes de la ciudad.
            En todos estos locales se tocaba música para las prostitutas y sus clientes, pero todavía el jazz estaba muy lejos, la música que se tocaba sobre todo en el Mohany Club, era dulce y suave. Los grupos de músicos eran pequeños y los instrumentos, violín, acordeón y mandolín, en otras oportunidades la música la aportaba el pianista de la casa.
            En agosto de 1917, EEUU entra en la Primera Guerra Mundial y tres meses después, el Secretario de Marina Joseph Daniels, resolvió erradicar la prostitución a no menos de cinco millas de las bases navales, por el alto índice de enfermedades venéreas que se producían entre los marinos.
            En Nueva Orleans existía una base naval, por tal razón Storville deja de funcionar el 12 de Noviembre de 1917.
            Los artistas de Nueva Orleans necesitaban un gran repertorio para satisfacer la demanda y cumplir con sus contratos. Los blues y slow drags (música bailable lenta) eran los favoritos en las casas de citas de Storville, en donde la intención de clientes y prostitutas era sentirse “deprimidos y sórdidos”. Por otra parte, los desfiles exigían marchas de corte militar, para los funerales se necesitaban himnos y salmos al comienzo y durante el regreso de los asistentes a sus hogares, era preciso tocar piezas de baile de ritmo discreto.
            En las fiestas locales estaba de última moda las cuadrillas, los valses y las polkas y algunas danzas campesinas. Por toda la ciudad era posible oír una amalgama de cantos populares, tonadas sentimentales, explosiones de ragtime e incluso obras de compositores clásicos. En síntesis, el jazz que nace en Nueva Orleans es una expresión musical alegre y feliz, llena de fuerza.
            Nueva Orleans ha sido la ciudad más importante en el surgimiento del jazz, pero falso es considerarla la única ciudad, independientemente de Nueva Orleans se produjeron estilos parecidos en Menphis, en Kansas City, en Dallas, en San Luis y en muchas ciudades del sur y del medio oeste de los Estados Unidos.
            Es común señalar al estilo de Nueva Orleans, como el primer estilo de la música de jazz, pero antes de él existía el ragtime, cuya creación se le asigna a Top Turpin. La capital del rag fue la ciudad de Sedalia, situada al sur del estado de Missouri. Esto se debió a que uno de los grandes de este ritmo fue Scott Joplin, quien se estableció en esa ciudad.
            Scott Joplin, fue un músico de color nacido en 1868 en la ciudad de Texas, y se bien no fue el creador del gragtime se lo puede considerar el padre de este estilo musical. El ragtime es una música para piano, y al ser compuesta le falta el rasgo decisivo del jazz, que es la improvisación. Pero se debe reconoce que contiene swing, al menos en un sentido rudimentario, por tal razón es costumbre incluir al ragtime dentro del jazz.
            El ragtime se compone a la manera de la música de piano del siglo pasado. A veces tiene la forma del trío de minueto clásico; otras, consta de diversas unidades formales como, por ejemplo, los valses de Johann Strauss. También pianisticamente corresponde a la música de piano del siglo XIX; contiene todo lo que era importante entonces; de Chopin y ante todo de Liszt, hasta la marcha y la polca, pero todo esto con una concepción rítmica y estilo intensificado de los negros. La impresión que causaba el ragtime en aquella época es lo que dio origen a su nombre, “ragtime” significa tiempo despedazado.
           
X – EL ANFITRION – SCOTT JOPLIN
           
El ragtime encontró un lugar muy propicio en los campos de los trabajadores que trazaban las grandes vías ferrocarrileras a través del continente norteamericano. Los compositores de ragtime reproducían sus rags en los rollos de los pianos mecánicos y estos rollos se distribuyeron por miles de ejemplares. Esto ocurrió mucho antes de la aparición del disco fonográfico. En los años cincuenta, se descubrió una serie de rollos, en forma casual en una tienda de antigüedades y se los publicaron en discos.
            Scott Joplin poseyó increíble fertilidad y sus más de seiscientos rags incluyeron melodías como el “Rag de la hoja de arce” y “El anfitrión”, estos temas se volvieron inmensamente populares en 1973, casi setenta años después de la muerte de Joplin, gracias a la película “El golpe”.
            A principios del siglo XX, cuando hicieron su aparición los primeros cantantes vagabundos, también aparecieron los pianistas que hicieron sus presentaciones en los Honky-tonks. Estos honky-tonks eran lugares tenebrosos que proliferaban por el sud y sudoeste de EEUU, en los que se vendían comida y bebidas baratas, juego y prostitución, en donde los pianistas tocaban ragtime.
            En esa época aparece un nuevo ritmo, el boogie woogie, que captura con su magia. Este estilo nace como una manera de acompañar a los blues con piano y guitarra. Clarence “Pinetop”, en 1928, introdujo en una grabación este nombre que quedó incorporado en el vocabulario del jazz, el origen de su nombre tiene varias raíces, algunos dicen que boogie significa negro en argot de esa época, según otros quería decir prostituta, era también como se llamaba a la segunda fase de la sífilis. Pero cualquier haya sido su significado anterior, Pinetop llevó este género a Chicago en 1927 y lo dio a conocer al público de los ghettos urbanos.
 
XI – BOOGIE WOOGIE DE PINETOP – CLARENCE PINETOP – 1928
           
El estilo de Nueva Orleans, en manos de varios músicos muy influyentes y profundamente creativos, se desarrolló con rapidez en el período comprendido entre 1890 y 1920. Es imposible reseñar en tan corto espacio a cada uno de aquellos músicos llegados a esta ciudad y la magnitud de sus aportes.
 
¿POR QUÉ EL JASS SE LLAMA JAZZ?
            Existen las más variadas versiones sobre el origen de la palabra jazz. Hay quienes afirman que el vocablo deriva de jaser, locución francesa que significa conversar. Otra tesis generalizada en Nueva Orleans decía que un músico negro llamado Jess, muy popular en su tiempo, cuyo nombre al deformarse se transformó en jazz. Otros sostienen que la palabra proviene de las voces jas, jasz, o jaszz típicas del patois hablado por los negros de Nueva Orleans. Algunos autores encuentran el origen del término jazz en una orquesta que existió hacia 1903, y que se denominaba Razz-Band. La “r” se abría convertido con el tiempo en “j”. Existen quienes aseveran que el jazz viene de Chas, nombre de un baterista a quien el público acostumbraba gritarle Bravo Chas!, según esta fuente Chas degeneró pronto el jazz.
            Quizás provenga de la etimología de la palabra “chase blue”, que era una figura de baile de Louisiana o de “jass-belles” nombre dado a las prostitutas por los criollos de origen francés de Louisiana, numerosas son las hipótesis en cuanto al origen de su palabra. Pero la palabra jazz o jass, pues la ortografía de esta palabra en esa primera época era imprecisa, nace, sin que por ello parezca exagerado el 26 de Febrero de 1917, cuando la Original Dixieland Band, un quinteto de músicos blancos de Nueva Orleans, graba en los estudios de sonido de la RCA Victor el primer disco. La Original Dixieland Jazz Band, fue la primera banda que impresiona a la ciudad de Chicago, e introduce el término dixieland para darle a esta música que llega a la ciudad un sentido bailable, corre el año 1917, a esta banda la dirige Nick La Rocca y alcanza los más formidables éxitos en Nueva York.
 
XII – BLUES DEL ESTABLO – G. 2/1917
           
Voy a destacar a algunas figuras, como las de Buddy Bolden, Emanuel Pérez, Freddy Kepard, Kid Ory, King Oliver, Jelly Rol Morton y Louis Armstrong.
Buddy Bolden fue un legendario director (1907-1931), su corneta tenía una sonoridad tan fuerte y aguda, que cuando tocaba al aire libre podía ser escuchada desde cualquier punto de la ciudad, en el año 1927, pierde la razón para no recuperarse más, su música nunca fue grabada.
Pero si, de esta época tengo material de dos cornetistas que iban a desafiar a Bolden en un duelo de corneta en la puerta de su peluquería del legendario.
 
XIII – AMOR DE HERMANO – EMANUEL PEREZ – CHICAGO 1926
XIV – STOTCK YARD STRUST – FREDDY KEPPARD – CHICAGO 1926
 
Kid Ory (1886/1973) fu un trombonista típico del estilo de Nueva Orleans
XV – RATA PASEANDERA – KID ORY – 1926
 
Ferdinand Le Menthe (Jelly Roll Morton) (1885/1941) fue uno de los músicos más pintorescos que pisaron la escena musical de Nueva Orleans. De origen criollo francés, llegó a convertirse en brillante pianista y arreglista; creó varios clásicos del jazz. Abarcó todos los estilos desde los blues hasta el ragtime. Sus grabaciones constituyen verdaderas obras maestras del jazz. Dirigió a la Red Hot Pippers a mediados de los veinte, en la década del treinta, con el advenimiento de las big bands fue relegado al olvido, pero después de la Segunda Guerra, un rebrote del estilo de Nueva Orleans lo hizo revivir por un corto tiempo.
 
XVI – DOCTOR JAZZ – JELLY ROLL MORTON – 1926
 
Joseph “King” Oliver (1885/1938), es considerado como el primer negro director de banda de Nueva Orleans que grabó un disco y además por haber sido amigo y consejero de Louis Armstrong. Se inicia muy joven bajo la dirección de un empresario que quería formar una banda para sacar provecho a la música de Buddy Bolden. Realizan una gira con la banda por el Mississippi y una pandilla ataca la banda y como consecuencia le queda a King Oliver una cicatriz sobre su ojo derecho, la que mantendrá de por vida.
A su regreso a Nueva Orleans trabaja como mayordomo y a la vez continúa tocando, su estilo llega a su máximo valor cuando se enfrenta en duelo musical con los cornetistas que circulaban por Nueva Orleans, a raíz de ello recibe el apodo de King, cuando se cierra Storville, se dirige a Chicago. En 1921 forma su propia banda la Creole, a la que en 1923 lleva excelentes músicos, entre ellos se encontraba Louis Armstrong como segunda corneta. En 1924 el grupo se disuelve, King Oliver sigue tocando, pero su estilo no evoluciona con los tiempos. Murió en el abandono en 1938, sus trabajos cayeron en el olvido.
 
XVII – BLUES DE LA CALLE DEL CANAL – KING OLIVER Y LA CREOLE –1923
XVIII – CUANDO LOS SANTOS VINEN MARCHANDO – G. 1956
 
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